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viernes, 28 de diciembre de 2012

EL HOMBRE DE LAS MARIPOSAS "pequeña pero gran sorpresa"


Sergey (Lluís Soler) es un ex militar de la Unión Soviética que tuvo contacto con la mafia, ahora vive en España escondido en el campo. Un día aparece Jacob (Carlos Manuel Díaz), un hombre fraudulento, pidiéndole que se haga cargo de su sobrina Natasha (Claudia Silva), una niña que a pesar de su corta edad le ha tocado vivir duros momentos. A partir de ese momento, nada volverá a ser lo mismo, la amenaza de ser descubierto y la necesidad de reconciliarse con su pasado a través de Natasha hará que su vida cambie.


El salto a la direcció de Maxi Valero se antoja como una "rara avis" dentro del cine español, cuento rural con tintes de western, en los que asistimos a una historia de perdón y reconciliación, donde la nostalgia y el influjo del pasado tienen mucho peso.
Mezcla de géneros, desde el drama familiar, pasando por el thriller de mafias, Valero sale airoso al conjugar a la perfección todos múltiples enfoques que ofrece la película, sabiendo dosificarlos poco a poco.

A pesar del bajo presupuesto que se intuye que ha contado la película, en ningún momento desluce el conjunto, es más, sorprende la buena optimización de los medios y recursos, y sorprende la bonita fotografía de Óscar Montesinos que nos recuerda a las películas como "Gigante" donde el uso de la luz forma parte de la historia, como un personaje más.

Historia sencilla, bien contada, que se muestra como una cebolla, descubriendo poco a poco sus capas, para ir adentrándonos en el pasado que tanto persigue al protagonista, interpretado con buen empeño por Lluís Soler.
Sin grandes artificios, Maxi Valero es capaz de narrar una historia que consigue algo que muy pocas películas logran, que días después de su visionado sigas pensando en ella.
Imprime un sentimiento que se adentra en el espectador y es capaz de tocarlo y conmoverlo de tal forma que uno sea capaz de emocionarse con esos tres personajes desorientados en un mundo que se antoja cruel y del que ya quieren compartir poco con él, el ex militar, su atormentada sobrina y la médico interpretada con mucha veracidad y dolor por Ana Milán.

Quizás se resienta la película de un guión que a veces se muestre no del todo pulido, sin embargo el buen hacer de su director logra que disfrutemos de una historia dura pero con mucho sentimiento, apoyado en una cuidada fotografía y bajo la hermosa partitura de Marcos Cruz. Demuestra que existe un gran director que con pocos medios es capaz de hacer un buen uso de ellos y ofrecernos una película que se convierte en toda una sorpresa en el cine español de este año.

+ El calado que deja la historia en el espectador
- Algún que otro bache en el guión

PUNTUACIÓN FINAL: * * * 

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